Algo parecido debió pensar Ronaldinho cuando el liverpool se dispuso a sacar una falta en 3/4 de campo al final de la primera parte... Ronaldinho no hizo nada, dejó a Gerrard recibir solo un balón que más tarde colgaría al área para que Belamy empatara el partido. Es cierto que Juliano Belleti falló en la marca, y también es cierto que quizá Victor Valdés pudo hacer algo más, pero todo fue consecuencia de una inexplicable falta de concentración de Ronaldinho.
Los diez primeros minutos, fueron una clara exposición de intenciones. El liverpool haciendo media presión para no replegarse en exceso ni dejar numerosos espacios atrás, pero saliendo rápido al contrataque y con las líneas muy juntas. El Barça, por su parte, desplegó su juego con el balón, pero estuvo falto de profundidad y no hubo ocasiones claras por parte de ninguno de los dos equipos. La tónica no cambió hasta en el minuto 13, cuando Zambrotta, en excelente jugada personal, pone un balón medido a la cabeza de Deco, que desde atrás, llegaba para rematar al segundo palo donde Reina no pudo llegar. A partir de ese momento, el Liverpool perdió el control del partido, y fueron los mejores momentos del Barça, hasta que llegó el empate de Bellamy.
Este gol marcó toda la segunda parte, debido al valor doble del propio gol, y debido a que se había producido al final de la segunda parte (mintuo 42, gol psicológico). Esto dejó muy tocado mentalmente al Barça, que no volvió a meterse más en el partido. En el minuto 73 un nuevo error, en este caso, de Rafa Márquez, hizo que el Liverpool se llevara el partido tras el gol de Riise. Un gol, que quizá haga más justicia a lo visto en la segunda parte, pero que quizá sea injusto desde un punto de vista global de como transcurrió el encuentro. El partido estuvo marcado por los errores, y ayer noche, el Liverpool cometió sólo uno en el gol de Deco, y el Barça cometió muchos más. En cualquier caso, la eliminatoria sigue habierta.
Goles:
Deco ('13)
Bellamy ('42)
Riise ('73)
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